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El chorizo es un embutido originario y típico de la Península Ibérica, cuya elaboración y consumo se extendió por toda América Latina. Su técnica de preparación varía de un lugar a otro lo mismo que su receta. Es así como se consiguen chorizos frescos y curados. Los curados, hechos de carne molida de cerdo, adobada con ingredientes variados, se curan secándolos al aire o ahumándolos. No necesitan cocción antes de comer. Los chorizos frescos no se cocinan y utilizan también carne de cerdo adobada con distintos ingredientes, aunque hoy es común encontrar chorizos de pollo y de ternera.
Prepare chorizos fritos o asados a la parrilla o a la plancha para comer en los asados, para acompañar los huevos del desayuno, como parte de un plato, en tapas con pan o con arepa, mezclados en una tortilla. Cocínelos con guisos y estofados de papas y leguminosas, sopas, salsas para pastas, arroces.
Compre chorizos frescos o curados sueltos en una carnicería de confianza, donde le garanticen su calidad. También los consigue en los supermercados, empacados. Los frescos vienen enteros y los curados pueden también venir en rodajas. Verifique la fecha de caducidad.
Cuelgue los chorizos curados enteros en un lugar seco, fresco y ventilado, donde se conservarán por mucho tiempo. Los frescos se conservan bien por unos días en la nevera y también los puede congelar.