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Otros nombres: Taro, colocasia, papa china
La malanga es un bulbo de la planta del mismo nombre. Aunque su origen no se ha definido con exactitud, todos los autores coinciden en afirmar que se sitúa al noreste de India, en el sureste asiático. Desde allí se extendió a otras zonas tropicales del mundo, donde forma parte de la dieta diaria. Existe en muchas variedades con diversas formas y tamaños. Las más grandes son un poco más duras y de sabor fuerte, mientras que las pequeñas son más blandas y suaves.
La malanga no se puede consumir cruda. Hiérvala, cocínela al vapor, fríala en abundante aceite o agréguela a sopas y estofados. Úsela en purés, croquetas y sancochos. También puede preparar dulce con almíbar.
La malanga se consigue fresca. Elija bulbos duros, sin manchas, agujeros ni rajaduras.
Consérvela en un lugar fresco, bien ventilado y protegido de la luz, y consúmala lo más pronto posible.