Menta

El origen de la menta no está muy claro y, al parecer, muchas de sus variedades provienen de Asia y del Mediterráneo. Los diversos tipos de menta silvestre se usaban en Egipto para la fabricación de un bálsamo usado para momificar. Esta menta es especial y surgió como cruce de dos especies silvestres en Mitcham, al sur de Londres, en el siglo XVII; desde allí, se extendió su cultivo por todo el mundo. Debido a la gran variedad de mentas que existen en el mundo, la comunidad científica aún no se pone de acuerdo para su clasificación y la que algunos llaman menta, para otros no es la misma.

Úsela en aderezos para pollo, cerdo y algunos vegetales, salsas, marinadas, bebidas frías y calientes y cocteles.

A la hora de comprarla en cualquiera de sus variedades, elija plantas de menta erectas, de color vivo, y con un aroma intenso.

En cuanto compre la menta, introdúzcala en un recipiente con agua mientras hace uso de ella. Puede también congelarla dentro de cubetas de hielo con agua; de esta manera la podrá conservar por más tiempo.