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La polenta es una preparación de harina gruesa de maíz, con sal marina, agua, caldo o leche, que forma parte de la alimentación básica de algunas regiones de Italia, si bien su uso se ha extendido por varios países de Europa y América. Existen variedades elaboradas con otras harinas, como de alforfón o castaña, o de mezcla de harina de maíz con harina de alforfón. También se consigue polenta precocida instantánea, pero su sabor y textura no iguala a la preparada en casa.
Hierva la polenta para hacer puré, o deje que se endurezca, córtela en barras y fríala. También la puede hornear para distintas preparaciones, que incluyen pasteles. Sírvala como aperitivo, guarnición o plato principal, o úsela como pan. Prepárela en versiones saladas y dulces.
En los mercados se consigue polenta empacada instantánea y precocida. Revise la fecha de caducidad en el empaque y a la hora de prepararla, siga las instrucciones que allí aparecen.
Guarde en la nevera la polenta preparada y fresca, dentro de un recipiente tapado. Conserve la polenta instantánea en un lugar, fresco y seco, dentro del empaque bien cerrado o dentro de un recipiente hermético.