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El té proviene de una planta del mismo nombre, originaria de Oriente y que hoy se cultiva alrededor del mundo. Los brotes y hojas jóvenes de esta planta se someten a distintos procesos naturales de secado y fermentación para producir el té. En infusión, el té compite con el café por el título de la bebida más popular del mundo, exceptuando el agua. Existe un sinnúmero de variedades de tés que se clasifican según distintos criterios, como la procedencia, el grado de oxidación de las hojas o
su tamaño de troceado. Las presentaciones comerciales también son muy variadas e incluyen mezclas de distintos tés, a veces aromatizadas con distintas esencias y especias o con cítricos.
Además de su uso en infusión como bebida, las hojas de té se pueden utilizar para aromatizar distintas preparaciones como guisos, sopas, cremas y salsas saladas y dulces, marinadas para carnes o pollo, tortas, bizcochos y galletas. Otra posibilidad es hidratar el arroz con una infusión de té.
En el mercado se consigue una inmensa variedad de tés en distintas presentaciones y sabores, lea las etiquetas y elija los que mejor se ajusten a sus preferencias y necesidades.
Conserve el té en cualquiera de sus presentaciones, a temperatura ambiente y dentro de tarros o empaques bien cerrados para que no pierda su aroma.