12 espárragos frescos
1 taza de queso parmesano
250 g de prosciutto cortado en tiras medianas

Salsa de balsámico
1/4 de taza de vino tinto
1/3 de taza de vinagre balsámico
2 cucharadas de crema de leche
Sal y pimienta

1. Cocine los espárragos parados en una olleta. Vierta agua junto con una cucharadita de sal. Las puntas deben quedar afuera del agua. En este proceso el vapor cocinará las puntas. Sabrá que están cocinados cuando al insertar la punta de un cuchillo penetre fácilmente. Sáquelos de la olleta, y enfríelos en agua helada, para frenar la cocción. Corte un poco del tallo de cada espárrago, para que queden todos de un tamaño similar.

2. En una sartén antiadherente, a temperatura media baja, ponga una cucharada del queso parmesano, formando una galleta; cuando comience a dorar y a tomar consistencia, retire de la sartén y enrolle alrededor del espárrago. Sobre la galleta envuelva una tirita de prosciutto.

3. En otra sartén vierta el vino y el vinagre. Reduzca hasta obtener dos cucharadas de la mezcla. Retire del fuego y añada la crema de leche, sal y pimienta. Cocine por 3 minutos más. Sirva los espárragos parados en un vaso con la salsa aparte.