Bizcochuelo
125 g de azúcar común
5 huevos
125 g de harina de trigo

Relleno
1 taza de jugo de mandarina
100 g de azúcar
100 g de nueces del Brasil partidas
100 g de maní sin sal
100 g de almendras partidas
2 cucharadas de azúcar refinado
1 litro de helado de mandarina
1 taza de casquitos de mandarina

1. Engrase con margarina y forre con papel parafinado una placa de hornear de 40 cm de largo por 25 a 30 de ancho y 1 a 2 cm de altura. Precaliente el horno a su máxima temperatura, aproximadamente 250 °C (500 °F). En un recipiente grande bata a velocidad alta el azúcar y los huevos hasta lograr una espuma blanca y cremosa. Incorpore la harina con ayuda de un batidor manual, con cuidado para evitar que pierda su volumen.

2. Vierta la mezcla en la lata y esparza con una espátula de forma pareja. Hornee de 5 a 6 minutos o hasta que tome color ligeramente dorado. Saque del horno y deje enfriar un poco, no totalmente, para evitar que el bizcochuelo se endurezca demasiado. Pase un cuchillo por los bordes y sepárelo del molde, ponga boca abajo y retire con cuidado el papel.

3. En una olla a fuego alto ponga el jugo de mandarina y el azúcar y deje hervir por 2 minutos, retire del fuego y deje enfriar. Sobre papel parafinado ponga el bizcochuelo boca abajo y con una brocha úntelo con la mezcla.

4. En una sartén a fuego medio tueste un poco las nueces, el maní y las almendras y cuando hayan alcanzado un color ligeramente dorado agregue dos cucharadas de azúcar y caramelice un poco. Retire del fuego, deje enfriar bien y parta con un cuchillo.

5. En un recipiente bata un poco el helado hasta ablandarlo. Espárzalo sobre el bizcochuelo y agregue los frutos secos. Con mucho cuidado pero de forma rápida tome el papel y enrolle.

6. Cubra con film transparente y lleve al congelador de un día para otro. Saque del congelador 5 minutos antes de servir y córtelo inmediatamente. Decore con cascos de mandarina.