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Deliciosa para el almuerzo o la cena, la sopa de cebolla francesa es un clásico de sabores complejos y texturas contrastantes. En cazuelas de barro o en los tradicionales recipientes cerámicos, la sopa de cebolla sale del horno con los aromas tostados del pan y el queso derretido.
4 Personas
10 min
1 h
4 cucharadas de mantequilla
4 tazas de cebolla blanca cortada en aros delgados
1/4 taza de brandy
1 1/2 cucharadas de harina de trigo
3 tazas de caldo oscuro de ternera o de res
4 tostadas de pan francés
1/4 taza de queso gruyère rallado
Sal y pimienta negra al gusto
Preparación
1. Derrita la mantequilla en una olla profunda a fuego bajo. Agregue los aros de cebolla y cocínelos a temperatura media baja entre 20 y 25 minutos para que doren muy bien y sus azúcares naturales se caramelicen. Revuelva las cebollas cada 2 o 3 minutos para lograr una cocción pareja. También puede tapar la olla y así evitar que se quemen las cebollas y la mantequilla. Una vez caramelizadas, retire la olla del fuego y vierta el brandy. Regrese al fuego con cuidado y cocine por 2 minutos para que el alcohol se evapore.
2. Incorpore la harina y cocine por 3 minutos más, removiendo constantemente.
3. Vierta el fondo oscuro hasta cubrir todos los ingredientes. Deje hervir a fuego bajo de 15 a 20 minutos. Salpimiente al gusto.
4. Sirva la sopa en recipientes que puedan ir al horno, cubra cada uno con una tostada y sobre ésta esparza un poco del queso gruyère rallado. Lleve al horno con el gratinador a máxima temperatura hasta que el queso se derrita y adquiera un color dorado. En caso de no tener recipientes de sopa que puedan ir al horno, puede tostar el pan con el queso rallado en una placa que pueda ir al horno y servirlo en la mesa sobre la sopa caliente.
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